
Muchas veces cuando nos encontramos en el flujo de la vida hay un sentimiento asociado a este fluir: una luz, la luz, una sensación de apertura, frescura y posibilidad.
¿ Cómo seguir esta luz del fluir en la vida?
Se trata de una claridad inherente a nuestra percepción visual, a nuestra percepción a través del sentido de la vista, de nuestros ojos, y también a través de nuestra percepción extrasensorial a través de la visión espiritual de nuestra alma.
La visión física nos permite conocer dónde estamos en el mundo físico y a la vez nos conecta con esta visión espiritual nos permite conocer y situarnos en el ambos mundos.
Relajar, calmar, restaurar y expandir nuestra vista y nuestra visión nos traerá paz, calma y conexión en ambos aspectos y por tanto traerá más facilidad, sentido y gozo a nuestra vida y por añadidura podremos proyectar a nuestro entorno esta misma facilidad y gozo que estamos siendo.
Podremos ser el Milagro que transforma, que transmuta solo por ser la luz que realmente somos, será nuestra manera de ayudar en este proceso de purificación, a este proceso de evolución de conciencia que estamos viviendo a nivel de toda la humanidad, iluminando aquellos lugares oscuros que se esconden a la vista, donde la conciencia tiene dificultades para llegar.
La visión se ve afectada por el cansancio físico, por el desgaste y tensiones emocionales, y también con el agotamiento y estrés mental, y pueden ser restaurados cuando ponemos nuestra atención y nuestra intención en ello, cuando les damos el lugar y la importancia y el valor que realmente tienen.
Restaurar y conectar con nuestra visión física y espiritual desde un lugar de agradecimiento y apreciación nos permitirá avanzar siguiendo el fluir natural de la vida y estar en este sentimiento empujará suavemente la negatividad y la resistencia y abrirá las puertas a la alegría, la luz y la facilidad.
Con amor,
Judith